Escribir sobre Amor

Es la hora. Siempre es buena hora. El Amor es el origen, el medio y el fin y, por lo tanto, deberíamos estudiarlo, escribir sobre Él y buscarlo dentro de cada ser.

Si nos atrevemos a definirlo con total seguridad nos equivocaríamos y, aunque nos acercáramos mucho, lo limitaríamos. Yo pienso que lo que siento es Amor cuando las patas de gallo se acentúan (a la vez que mi credibilidad sobre la eficacia de las cremas antiarrugas cae en picado) y están en perfecta armonía con mi sonrisa y mi corazón. Porque cuando es real, es coherente. Porque se siente. Porque se ve. Porque se escucha. Porque se sabe. Porque la luz se expande.

¿Recuerdas la primera mirada de tu madre? (Si te has olvidado, no te preocupes, tu mente la ha grabado.)

¿Conoces a alguna abeja que haya pasado por tu lado y no hayas querido matar? (Es muy probable que su existencia sea más útil a la Tierra que la tuya.)

¿Te adentraste alguna vez en la montaña para resolver tus dudas? ¿Se lo agradeciste? (Suele ser habitada por seres libres de creencias limitantes que llevan siglos colaborando con la Luna y el Sol.)

¿Dejaste ir a un alma gemela porque aún no está preparada? (Tendrías que saber que las palabras «querer» y «amar» no son sinónimos.)

Sentir el Amor en ti implica Vivir, comprender el ecosistema, disfrutar el camino… Escuchar al ego te lleva a sobrevivir, buscando siempre un objetivo. Podríamos desarrollar los dos.

Hoy en día, con todas las terapias alternativas a nuestro alcance, y con el crecimiento personal y espiritual de moda, buscamos el Amor más que nunca. Aunque deberíamos dejar de buscar. Porqué somos Amor. Tan sólo tendríamos que dejar ir lo que sobra. Todo eso que nos limita. Todo eso que hace que nos sintamos parte del rebaño.

Amar es colaborar, y no competir. Las expresiones de amor salen desde el corazón y no desde la razón. Su fuerza está por encima de la baja autoestima, la rabia, la tristeza o el ansia de poder. Las expresiones de amor son el catalizador hacia un entorno consciente y abundante.

Si todos dedicáramos 3 minutos al día a escribir sobre Él, quizás viviríamos en paz…

 

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